OPINIÓN

PRIMERO, 1901, TEATRO NACIONAL, DESPUÉS EL FLAMANTE BELLAS ARTES

CDMX, 28 de feb. 2024.- El Palacio de Bellas Artes, tiene como antecedente inmediato al edificio que albergaba al antiguo Teatro Nacional, considerado el más importante en su género en la vida artística y cultural de nuestro país durante la segunda mitad del siglo XIX.

Al inicio del siglo XX, se planearon obras para embellecer la Ciudad de México, se pensó en renovarlo, pero se optó por demolerlo para construir otro. La ubicación del nuevo se analizó con esmero por el arquitecto, el italiano Adamo Boari. En 1901, se decidió que se situaría a un costado de la Alameda Central.

El Palacio de Bellas Artes, tiene dos épocas en la historia del país: el régimen de Porfirio Díaz y la Revolución Mexicana. Los trabajos iniciaron en 1904 planeados para cuatro años; pero, trabas presupuestales y técnicas demoraron su conclusión. Estalló la Revolución en 1910 y, Adamo Boari regresó a Europa en 1916.

El Teatro Nacional, de 1917 a 1929, estuvo abandonado por algunos gobiernos posrevolucionarios y el público en general. El edificio se usaba para celebrar actos de la vida citadina. A partir de 1930, Pascual Ortiz Rubio, encargó el proyecto de la conclusión.

En 1932, el secretario de Hacienda, Alberto J. Pani, revitalizó la obra “para una institución nacional de carácter artístico», que albergara varios museos, de ahí que por primera vez en 30 años se cambiara el nombre del edificio, de Teatro Nacional al de, Palacio de Bellas Artes. FUENTE: Gobierno de México.

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