OPINIÓN

HOY SE CUMPLEN 200 AÑOS DEL FUSILAMIENTO DE ITURBIDE

Iturbide se aventuró a regresar a México, pensaba que lo esperaban sus amigos, que su regreso estallaría el júbilo popular, y con solo su retorno reclamaría la nación su vuelta al trono.

Se equivocaba de medio a medio, nadie lo esperaba en México, solo la muerte.

En México se había emitido lo siguiente: Se declara traidor a don Agustín de Iturbide, siempre que se presente bajo cualquier título en algún punto del territorio mexicano. En este caso queda declarado por el mismo hecho enemigo del estado, y cualquiera pude darle muerte.

Difícilmente podría encontrarse en la historia de México un decreto tan bárbaramente infame como este. Un grupo de diputados poseídos por el temor a Iturbide, firmaron en el inicio el dictamen que condeno a la muerte al hombre que dio a los mexicanos Independencia y Libertad.

A las 3 de la tarde del 19 de julio de 1824 Don Agustín miro su reloj, faltaban cinco minutos para las 6 de la tarde de aquel 19 de julio, frente al pelotón de fusilamiento, el autor de la #IndependenciaMexicana con voz clara y entera dijo: Mexicanos, en el acto mismo de mi muerte os recomiendo el amor a la patria y la observancia de nuestra santa religión, ella es quien os ha de conducir a la gloria.

Muero por haber venido a ayudarlos, y muero gustoso porque muero entre vosotros, muero con honor; no como un traidor, no.… Pareció añadir algo más, pero se detuvo, inclino su cabeza y comenzó a rezar el credo, termino la oración, puso en sus labios un Cristo que llevaba, y la descarga cerrada estremeció a todos los que se habían reunido en la plaza de San Antonio de Padilla.

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